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Optimización de recursos Sena para beneficiar al fisco nacional

Por enero 31, 2022Noticias
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La dirección del SENA después de manifestar durante gran parte del año que los recursos en acuerdos sindicales se optimizarían y se usarían en diversas demandas, al final confiesa que, por el principio de anualidad del presupuesto público, después del 31 de diciembre aquellos rubros sin obligación o pago, sencillamente caducarán. Una preocupación que SINDESENA había manifestado en varias reuniones con la oficina de planeación.

Así, mientras los reclamos de ciudadanos y trabajadores siguen sin atención, las cifras de ejecución de la entidad muestran una tendencia decreciente, lo cual parece una maniobra contable que atiende a las directrices del gobierno nacional en relación con la austeridad en el gasto, y que en la dirección general y la oficina de planeación han denominado optimización.

La falta de ejecución juega en contra de los intereses de los trabajadores y de la propia misión de la entidad, pero favorece las cuentas fiscales consolidadas, pues al caducar las asignaciones, los recursos deben ser transferidos por la entidad al tesoro nacional. Así, la denominada optimización sirve a las políticas de austeridad, pero afecta la garantía de derechos de los trabajadores.

Comencemos por las afectaciones sobre los trabajadores del SENA.

Un análisis de los datos remitidos por el SENA al Senador Wilson Arias mediante respuesta a petición sobre denuncias que hemos realizado desde SINDESENA Junta Nacional sobre potencial vulneración de derechos de los trabajadores de planta y en provisionalidad, muestra que la optimización ha afectado varios de los conceptos que competen a acuerdos sindicales.

Tabla 1 – Porcentaje de ejecución de recursos asignados para el cumplimiento de acuerdos sindicales, 2019-2021

Fuente: SENA. Cálculos y elaboración propia.
 
A partir de la Tabla 1 se evidencia la tendencia decreciente de la ejecución[1] de recursos que servirían para el cumplimiento de acuerdos sindicales. En algunos conceptos como el de ropa de trabajo, la disminución en la ejecución podría explicarse en la menor necesidad de esta ante la primacía de la formación a distancia (virtual). No obstante, inclusive con anterioridad a las medidas de aislamiento con ocasión de la emergencia de la pandemia de la enfermedad

[1] Para establecer la relación de ejecución se tomaron, por un lado los recursos efectivamente asignados (también denominada apropiación vigente) y los recursos comprometidos. La relación entre los dos valores multiplicado por 100, corresponde al porcentaje de ejecución.

Covid-19, ya se observaba un bajo nivel de ejecución en este rubro. Similar afirmación se puede replicar en el caso del concepto denominado “planta y derechos salariales”, el cual muestra bajo nivel de ejecución durante los tres años,

En el caso del servicio médico asistencial sobresale el bajo nivel de ejecución durante los años 2020 y 2021, que han sido los de mayor impacto de la pandemia (sobre los cuales hemos recibido quejas por parte de los trabajadores que en múltiples oportunidades han tenido que sufragar los gastos de medicamentos de sus beneficiarios, sin lograr el reintegro completo, ni oportuno de esas sumas por parte de la entidad, lo que redunda en marchitamiento de esta conquista). Ante los rigores sobre la salud física y mental de los trabajadores, un nivel de ejecución tan bajo en 2021 contrasta con las necesidades de atención y prevención que debería impulsar la dirección de la entidad, acción que debería ser adicional al rubro de seguridad y salud en el trabajo, pues con la pandemia el trabajo se trasladó de los talleres y las salas de instrucción a las casas de los trabajadores.

En conceptos como el de bienestar, con ocasión de la pandemia, se redujeron partidas para eventos deportivos y culturales. Sin embargo, tanto en éste como en otros rubros, la dirección del SENA no mostró igual creatividad como lo hizo en los recortes bajo la denominada optimización. Por ejemplo, para aumentar la ejecución en estos conceptos bien podrían haber efectuado traslados para capacitación y formación. Este letargo en la innovación para dichos fines, evidencian el carácter restringido de la optimización a la austeridad y no a la satisfacción de derechos de los trabajadores.

Ya en relación con la ejecución de los recursos de la entidad, sobresale una incapacidad para transformar en compromisos y pagos las asignaciones dadas para funcionamiento y para atender demandas focalizadas, por ejemplo, de población afectada por la violencia. La Tabla 2 describe el nivel de ejecución en 2020 a partir de los criterios consignados en el Banco de Proyectos de Inversión (BPIN) que determinó la dirección general del SENA en la elaboración y ejecución del presupuesto de la entidad.

Tabla 2 – Ejecución del presupuesto del SENA en 2020 según concepto BPIN

Fuente: SENA. Cálculos y elaboración propia.

La Tabla 2 muestra como el rubro de funcionamiento fue el de menor ejecución con apenas 84,7%, lo cual permite afirmar que el SENA ha seguido la cartilla de la austeridad promocionada por los sucesivos ministros de hacienda, que como se pudo analizar de la Tabla 1 tiende a optimizar los recursos a costa de derechos de los trabajadores.

A nivel de las regionales, las de mayor ejecución en 2020 fueron Cundinamarca (98,9%), Santander (98,5%), Sucre (98,5%) y Tolima (98%). Mientras que las regionales con menores niveles de ejecución fueron Vichada (78,8%), Guainía (84%), Vaupés (84,4%) y Cesar (88%). No obstante, la denominada Unidad Ejecutora (UEJ) en las cuentas de la entidad aparece con 0% de ejecución, siéndole asignados $3.048.069.439 en 2020. En el caso de la dirección general de la entidad, la ejecución no supero el 94%.

Para el año 2021 no se puede hacer un ejercicio que sea comparable con el año 2020, esto por la estructura de los datos remitidos por la entidad. Sin embargo, de 108 partidas de gasto descritas en las tablas (con datos consolidados al 7 de diciembre), apenas 45 mostraban una ejecución superior al 90%.

En el caso de tres rubros principales para atender la formación profesional integral del SENA como son: la adquisición de bienes y servicios (32,2% del total de recursos asignados, esto es 1,25 billones de peso), los gastos de personal (25% de la asignación en 2021, equivalente a 969 mil millones de pesos) y la mejora de ambientes para la formación profesional integral, revelaban ejecuciones de 93%, 83% y 86%, respectivamente. Esto a falta de 24 días para finalizar el año y por ende caducar en apropiaciones por el principio de anualidad del presupuesto.

En el presente año se hace necesario que los trabajadores hagamos un mayor seguimiento a la ejecución de recursos de la entidad, pues no puede ser que la austeridad que obliga la dirección de la entidad bajo denominaciones aparentemente neutrales como la “optimización” limite la materialización del derecho a la formación profesional integral. De lo contrario, de nada servirán las luchas por defender el presupuesto del SENA ante los recortes, pues las administraciones de turno convertirán la austeridad en recursos para el fisco.

SINDESENA JUNTA NACIONAL

Bogotá, 31 de enero de 2022

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