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El reconocimiento del ejercicio sindical como derecho humano en nuestra regional Risaralda

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El reconocimiento del ejercicio sindical como derecho humano en nuestra regional Risaralda

Durante la jornada de reinducción virtual del pasado miércoles 23 de junio en nuestra regional Risaralda, se presentaron una serie de manifestaciones escritas en el chat de la plataforma empleada para el evento. Algunos compañeros, de los cuales omitiremos su mención para no ahondar en pesados señalamientos, se expresaron de manera poco respetuosa e incluso sutilmente incriminatoria haciendo alusión al ejercicio sindical. En otras circunstancias, este tipo de expresiones pasarían desapercibidas, pero en este caso en particular, queremos hacer una reflexión que consideramos oportuna, dado que quedó de manifiesto –por lo que pudimos leer allí– un desconocimiento agudo de los marcos normativos internacionales que garantizan el derecho de libertad y asociación sindical. No se trata aquí de recriminar las voces de disenso que pueda haber frente a una organización sindical concreta (que en toda democracia deben existir esos disensos), sino de entender los límites de esas expresiones cuando cruzan las líneas rojas del descrédito y la estigmatización. En últimas, que nuestros compañeros, sin saberlo, pueden llegar a incurrir en un indebido hostigamiento y en la estigmatización de un grupo social en razón a pensar o actuar diferente. Por ello vale la pena esta reflexión con ánimo didáctico para ellos y para todos nosotros.

Es indispensable recordar que en los tiempos actuales que corren, los Derechos Humanos son el pilar fundamental sobre los que se construyen las sociedades decentes. En este sentido, recordemos pues que el artículo 23 de esta declaración de derechos establece, en su numeral 4° que: “Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicalizarse para la defensa de sus intereses”. Y que el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y

Culturales establece en su artículo 8° que, entre otros, este derecho busca en las personas sindicalizadas “promover y proteger sus intereses económicos y sociales”, además de “el derecho de los sindicatos a funcionar sin obstáculos y sin otras limitaciones que las que prescriba la ley y que sean necesarias en una sociedad democrática”.

Dicho esto, hacemos un llamado para que los trabajadores de nuestra entidad se ajusten a la época, se “actualicen” en el marco de derechos vigente del mundo civilizado en el que vivimos y que incluso coinciden con los referentes éticos que el mismo Papa Francisco promulga, en consonancia con los Derechos Humanos. Y es que durante esta semana fuimos testigos del pronunciamiento del Papa ante la OIT cuando afirmó que “debe garantizarse la protección de los trabajadores y de los más vulnerables mediante el respeto de sus derechos esenciales, incluido el derecho de la sindicalización: sindicalizarse es un derecho”. Es importante pues que los trabajadores acojan una ética fraterna como la que escuchamos de voz de la Iglesia, y si no, en todo caso, que respeten los Derechos Humanos para evitar incurrir en ligerezas que podrían terminar mal.

Y es que, para terminar con un ejemplo, basta ver cómo en el 2012, en Risaralda, el exconcejal del partido conservador por Marsella, el señor Fernando Antonio Delgado, incurrió en una ligereza mayor por motivos similares, desconociendo no solo los derechos fundamentales sino la misma Ley 1482 de 2011 (llamada también Ley Antidiscriminación). En plena sesión, este exconcejal afirmó que «siendo sinceros, grupos difíciles de manejar como las negritudes, los desplazados y los indígenas, son un cáncer que tiene (sic) el gobierno nacional y mundial». Pues esta ligereza, producto de su idiosincrasia, le ocasionó una sanción de carácter penal. ¿La razón? Desconocer cuáles son los principios por los que nos regimos hoy en el mundo gracias a la conquista de los Derechos Humanos.

No cabe duda de que la violenta historia vivida por nuestro país en más de medio siglo nos impide entender el diálogo y la participación democrática como los medios esenciales para resolver nuestras diferencias. Sin embargo, tarde o temprano, tendremos que entender que un paso ineludible, sin el cual no podríamos superar la barbarie en la que está sumido nuestro país, es que conozcamos, apropiemos y hagamos uso legítimo de nuestros derechos. Y el ejercicio sindical es uno de ellos, un derecho humano y fundamental.

Fuente: 109° Conferencia Internacional del Trabajo tomado de https://ctaacordoba.org/papa-francisco-debe-garantizarse-el-derecho-a-la-sindicalizacion-de-los-trabajadores/  ver en https://youtu.be/pDD0wFGtD_A

SINDESENA SUBDIRECTIVA RISARALDA

Pereira, 2 de julio de 2021

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