Pensarse la Formación Profesional (FP) implica necesariamente el abordaje de dos conceptos de altísima complejidad en la sociedad humana: educación y trabajo.
La naturaleza de la formación profesional, que relaciona educación y trabajo, determina el perfil del docente, la palabra «naturaleza» refiere a la cualidad o propiedad de las cosas», «carácter natural», cualidad que es propia y característica de una cosa. En la comprensión del perfil del docente de la Formación Profesional, es necesario considerar el carácter laboral, ocupacional y que, el ejercicio capacitador se instala para su ejecución en organizaciones educativas particulares que cumplen con
aspectos metodológicos que identifican y responden a la naturaleza ocupacional de la FP, base en la cual se apoya el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Así, el perfil del docente de la FP encaja en la idea de instructor, deviene desde el umbral histórico de la necesidad “capacitación laboral”, “formación para el trabajo”, “formación ocupacional” y todas las combinaciones posibles.
De allí que, los sujetos de la FP sean fundamentalmente el instructor y el aprendiz, trabajador potencial o en desempeño. El instructor equipado con su experticia técnica y un paquete didáctico elaborado específicamente para su especialidad orienta al trabajador-aprendiz para que sea un trabajador competente.
Ya en 1868, la Escuela Técnica Imperial de Moscú, usaba hojas de instrucción, conocidas como el método Della Vos, con gran repercusión en Filadelfia en 1876, basado en procedimientos del análisis ocupacional. El principio rector del proceso es el de «enseñar haciendo». Este principio supone una vinculación muy estrecha entre aula y taller, que refleja la naturaleza de las IFP que simulan el proceso productivo de la empresa. 1
En general se define un instructor como la persona que tiene el dominio teórico y práctico de