Hemos conocido, que desde la Dirección General del SENA se viene fraguando una nueva estrategia de administración al interior del SENA. No ha sido suficiente el modelo de centralización de procesos, la des administración, baja ejecución, el estancamiento en materia de infraestructura, los hechos de presunta corrupción denunciados e inoperancia impuesta por la actual administración y ahora, al parecer quieren cerrar con broche de oro, implementando la estrategia de proyectos en el diario vivir y acontecer institucional.
El uso de proyectos para viabilizar la ejecución de la misión de una entidad per se no es mala, sin embargo, el abuso y la sobredimensión que se propone desde la dirección general del SENA puede contribuir a una pérdida de sentido de la formación profesional, desviando la materialización de un derecho a marcos de ejecución de la política centrados en lo innovador o rentable de una propuesta (proyecto).
La guía para la formulación de proyectos emitida por Planeación y Direccionamiento Estratégico va encaminada más al entendimiento del SENA como una empresa y no de una entidad cuya misión es garantizar el derecho a Formación Profesional Integral Gratuita e los trabajadores. En este documento aparecen concepciones como “árbol de problemas”, “ideación”, “cadena de valor” y “apoyo en financiación” que bajo la forma básica de proyectos transformaría las dependencias del SENA en agentes emprendedores que competirían por los recursos de la entidad bajo estándares propios de la empresa privada. Esto encaminaría una tendencia a la endoprivatización[1] de la entidad.
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