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A la opinión pública De algunos integrantes de la Junta Nacional y de Comité Nacional de reclamos de SINDESENA

Por febrero 8, 2022Noticias
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La dupla Cabal – Lafaurie preguntan por FECODE y el Pacto Histórico

José Félix Lafaurie y María Fernanda Cabal, acusados de presionar a los ganaderos para votar por la segunda, encabezan a su turno una andanada con otros personajes del Centro Democrático, dirigida contra FECODE, reclamándole por su invitación a Gustavo Petro a sus eventos, porque en ellos su dirección toma partido por el Pacto Histórico y porque dirigentes suyos hacen campaña como candidatos a corporaciones públicas. En su noción ‘aristocrática’ de la política, la dupla Cabal – Lafaurie rechaza que las Centrales obreras y gremios de trabajadores participen activamente en política, pero no tienen reparo en que las asociaciones de los cacaos hagan lo propio, participan de gobiernos y sin mayor esfuerzo sus jefes pasan a los Ministerios, Direcciones de entidades públicas y asesorías gubernamentales de principalísimas funciones.

Varios de esos Ministros han terminado impugnados (caso Guillermo Botero, procedente de Fenalco) y hasta en la cárcel (como Sabas Pretelt, del mismo gremio), y muy cuestionados van y vienen del sector financiero a las Direcciones de Planeación, como los hermanos Montenegro Trujillo (https://cronicon.net/paginas/edicanter/UltimaEd/21.htm), para mencionar apenas algunos casos más sonados.

Sin autoridad moral, aquellos personajes del Centro Democrático también han atacado al propio Pacto Histórico, señalándolo con diversos epítetos para producir miedo y lograr su descalificación ética y política. Para aportar a este debate público, nos hemos propuesto contestar a esa pregunta:

¿Qué es el Pacto Histórico?

Es una propuesta democrática de convergencia de fuerzas políticas y sociales que anunció su entrada a la escena política el 11 de febrero del 2021 tras una rueda de prensa que presidió Gustavo Petro. Las fuerzas políticas y sociales constitutivas del Pacto Histórico son la Colombia Humana, CH; La Unión Patriótica, UP; la alianza Democrática Afrocolombiana, ADA; el Movimiento Alternativo Indígena y social, MAIS; el Polo Democrático Alternativo, PDA. A este núcleo fundacional se le han ido sumando progresivamente otras formaciones políticas como “Soy porque somos”, liderada por Francia Márquez y actual precandidata presidencial del Pacto; la unidad democrática, UD; el partido del trabajo de Colombia, PTC; el movimiento por el agua y por la vida, entre otros. Actualmente el Pacto Histórico tiene seis precandidatos en su consulta: Gustavo Petro, Francia Márquez, Luis Fernando Velasco, Arelis Uriana, Alfredo Saade y Camilo Romero.

El Pacto Histórico nació en respuesta a la profunda crisis política, social y ética en que se encuentra sumido el país, como consecuencia de más de tres décadas de implementación y profundización del modelo económico neoliberal. La destrucción de la incipiente industria nacional que se forjó antes de la apertura, además de sumir en la más profunda pobreza al campo colombiano; la implementación de una ofensiva feroz contra los derechos y  garantías laborales de los y las trabajadoras; la tercerización y precarización del trabajo; la mercantilización de las pensiones, la salud y la educación, convirtiendo en negocios estos derechos sociales; la exacerbación de la desigualdad y la exclusión y social; la condena al atraso y la desesperanza de vastas zonas de la geografía nacional alimentando así el conflicto armado y la guerra, han sido su legado.

En esencia el programa de gobierno que han esbozado los candidatos presidenciales del Pacto Histórico es antineoliberal, desde luego con matices y énfasis diferentes. Es un permanente reclamo por la intervención del estado y los poderes públicos para combatir la pobreza, la desigualdad y la exclusión social. Subir los aranceles a las importaciones que destruyen nuestra industria y nuestro agro, la afirmación de la salud y la educación como derecho y no como negocio, la tributación progresiva, el rechazo al fracking y el ponerle freno a la depredación medioambiental de la minería, son un consenso mínimo implícito en sus candidaturas presidenciales. 

Esta convergencia política es una unidad de diferentes, a la cual les une el propósito común de la transformación social del país en contra del régimen político actual, pero con divergencias y matices en cuanto al alcance, el proceso y la profundidad de dichas trasformaciones. En el Pacto Histórico predominan las visiones progresistas y socialdemócratas del desarrollo social pero no son las únicas. Esto hace que se constituya en un escenario de disputa por darle sentido y perspectiva histórica a la salida de la crisis y a las diversas demandas sociales insatisfechas que afloraron en el reciente estallido social, continuación del 21N del 2019. Igualmente es una disputa por el sentido que se le debe dar al imaginario democrático a propósito de la crisis de representatividad de la democracia liberal, que se expresó con el grito de “no nos representan” el pasado 28A.

En medio de la pluralidad de visiones de lo que significa y es el Pacto Histórico, destaca a grandes rasgos el horizonte estratégico que le ha propuesto Gustavo Petro al país: un nuevo contrato social que supere la pre modernidad de un  capitalismo raquítico, rentista, feudal y mafioso, asociado al paramilitarismo y al despojo de tierras que impera hoy en Colombia, mediante la construcción de un capitalismo más redistributivo, moderno y eficiente, ambientalmente sostenible y amigable con la naturaleza, con el cual se garantice, vía tributación progresiva, los derechos sociales. Y en lo político, restablecer el pacto social plasmado en la carta del 91, que originalmente consagraba y garantizaba derechos económicos, sociales y culturales que fueron paulatinamente demolidos por sucesivas reformas constitucionales, legisladas a la medida de las necesidades de la implementación neoliberal.

Creemos entonces que es importante distinguir dos desarrollos relativos al Pacto Histórico, que, aunque no son contradictorios y más bien son complementarios, tienen dinámicas diferentes: nos referimos al proceso POLÍTICO llamado “pacto histórico”, y de otra parte el proceso HISTÓRICO de construcción de su gobierno, que demandará más de un cuatrienio tanto por la profundidad de algunas de sus reformas, como por la base económica y social que debe cimentar para sostener esa edificación.

Es claro entonces que estamos en un nuevo momento político, definido por la posibilidad real que se tiene en este 2022, cuando por primera vez en la historia colombiana, una propuesta alternativa al modelo neoliberal, a la clase dominante tradicional y excluyente    pueda alzarse con el gobierno abriendo un nuevo ciclo político. Pero a la vez, es igualmente claro para amplios sectores sociales y políticos comprometidos con la transformación social, que una convergencia política amplia como la que se está forjando, llamada Pacto Histórico, debe ser concebida como de largo aliento e ir más allá de este 2022 y en la búsqueda de la consolidación de un gran frente amplio que aglutine diversos sectores políticos, económicos y sociales e interprete el conjunto de la nación, para que el proceso sea sostenible e irreversible. Se tiene plena conciencia que para implementar las grandes reformas estructurales que nos conduzcan a los cambios sociales y políticos de fondo que el país reclama, se necesita más de un periodo presidencial, en donde una especie de “continuum” de gobiernos alternativos, democráticos y/o progresistas, en el marco de la alternancia presidencial consagrada en la constitución, sea una meta de largo aliento a conquistar.

Se hace también necesario que, sin perjuicio del largo plazo, en la presente contienda electoral 2022 sea prioritario tanto alzarse con el gobierno, como lograr mayorías en el congreso, en Senado y Cámara, que garanticen su gobernabilidad.

Cuando la conformación de una convergencia amplia se hace realidad y con posibilidades de éxito político, se genera entusiasmo y expectativas electorales que implica la aparición de toda clase de oportunismo político: todo el mundo quiere subirse al bus de la victoria. Desde luego que esto implica el peligro de los Manguitos, los Angelinos, etc. Sin embargo, esto más que un obstáculo, debe asumirse como un reto el evitarlo o al menos mitigarlo. Para ello se hace necesario la conformación y consolidación de una sumatoria política al interior del Pacto que opere como “núcleo de vanguardia con autoridad moral e intelectual” que incline el vuelo, que ayude a orientar el proceso, en la disputa por el rumbo del mismo Pacto y del país.

El éxito de este proceso de Pacto Histórico conformado por partidos, personalidades y organizaciones, lo garantiza su conexión y vínculo con las mayorías, lo cual demanda una construcción desde abajo, con las organizaciones de base. El lugar del sindicalismo en ese proceso de Pacto es vital, tanto por su organización y presencia a diversos niveles, como por su historia y experiencia. Desde sus bases hasta sus niveles directivos, el Sindicalismo debe trascender su actitud declarativa ante estos procesos y asumir el papel de constructor de Pacto, en diálogo con sus comunidades más cercanas y con la sociedad en general. Debe contestarle a la dupla Lafaurie – Cabal y sus Partidos, debe denunciar su mirada ‘Aristocrática’ que nos asigna el lugar de menores de edad– votantes o borregos, para reivindicar nuestra mayoría de edad y ciudadanía, nuestro lugar de seres pensantes conmovidos por la degradación política, por la situación de nuestros congéneres, de las otras especies, de la Amazonía, del mundo y la naturaleza.

Ante la apremiante realidad, el sindicalismo debe no solo conmoverse. También debe participar activamente en la organización del Pacto y en el determinante suceso electoral que se avecina, bajo esta lógica, los abajo firmantes, actuales integrantes de la Junta Nacional de SINDESENA, declaramos nuestro indeclinable compromiso con esta noble causa de reconstrucción del país y nuestra vinculación y concurso en el accionar del Pacto Histórico, al tiempo que invitamos a la comunidad educativa del SENA en general a asumir esta inaplazable tarea por el cambio que se merece y requiere nuestro país, esto solo se logra con un actuar coherente en las urnas, respaldando esta apuesta liderada por el pacto histórico.

Atentamente,

Original firmado por:                                                    Original firmado por:

Aleyda Murillo Granados                                 Patricia Eugenia Bedoya

Original firmado por:                                                    Original firmado por:

Ruth González Galvis                                               Durbin Montoya Cañola

Original firmado por:                                                    Original firmado por:

Germán Ramírez Maldonado                            Augusto García Tamayo

Original firmado por:                                                    Original firmado por:

Alberto Vargas Vásquez                                  Richard Móvil Cujia

Original firmado por:                                                    Original firmado por:

Guillermo Pérez Durán                                    José Fernando Díaz Parodi

Original firmado por:                                                    Original firmado por:

Jaime Fredy Moreno López                             Lizardo Zabala

Original firmado por:                                                    Original firmado por:

Jorge William Salguero                                    Alfredo Barrios

DIRIGENTES SINDICALES DE SINDESENA

Bogotá, 8 de febrero de 2022

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