los problemas que traerá la implementación improvisada de aceleradores de economía naranja para la pertinencia de la formación en Risaralda
El pasado viernes 29 de noviembre, SINDESENA Junta Nacional sostuvo una reunión de relacionamiento sindical con la administración central en la que, en el punto relacionado con la Regional Risaralda, participaron por parte de nuestra Regional el director regional, Mario Chica, la subdirectora del Centro de Diseño e Innovación Tecnológica Industrial, Sandra Yulieth García, y el presidente de la Subdirectiva SINDESENA, Juan Felipe López. El objetivo principal de esta reunión fue buscar soluciones a un gran problema que, de no actuar pronto frente a él, podría causar daños irreversibles en el cumplimiento de la misión del SENA, especialmente desatención de necesidades del sector productivo, subutilización de infraestructura, detrimento patrimonial, derivado del improvisado cambio de la oferta de formación que desconoce la especialización de algunos Centros de Formación y su vocación tecnológica.
La grave situación surge tras la imposición, sin mayores análisis y estudios de metas de formación determinadas por el concepto de aceleradores, específicamente del segmento de la economía naranja, que, aunque en muchos casos no compartimos, en esta ocasión no criticamos por su naturaleza sino por la evidente forma en que se trata de imponer, sin estudios responsables y previos que demuestren su pertinencia para la región. Todo lo contrario, para el caso de la Regional Risaralda lo que se exige desde Dirección de Formación es comprometer hasta un 55% de la oferta del año 2022 en áreas al margen de la demanda productiva de la industria en la región, en las que, en lo que llevamos, hemos logrado identificar sus peores consecuencias para el Centro de Diseño e Innovación Tecnológica Industrial.
Previamente, el 27 de octubre, la Subdirectiva SINDESENA Risaralda convocó a una reunión amplia para toda la comunidad SENA de nuestra regional. En ella se buscó caracterizar lo que consideramos es este gran problema que traerá nefastas consecuencias para la calidad y pertinencia de la Formación Profesional en nuestros centros. Así mismo, concertar las acciones que se adelantarán para afrontar dichas medidas.
De las reuniones sostenidas queda en claro que, de llevarse a término estas modificaciones (y para ello parece avanzarse con la modificación en simultánea de las líneas medulares de centros), se tendrá una afectación de programas en las áreas de electricidad, de automotriz y soldadura, entre otras en las que ya se prevé que se queden sin atención por falta de instructores algunas (en este año, nos notifican que ya empezó a ocurrir con los grupos de fichas 2205091 y 2248708, que por momentos se han quedado sin instructores de electricidad que puedan brindarles atención de la formación), mientras que otra áreas, como soldadura, pasarán a ofertarse pírricamente (se prevé abrir un solo técnico para todo el 2022).
¿Acaso se tendrá que recurrir a los penosos “pico y placa” para atender los grupos por falta de personal? Y si esto está ocurriendo desde ahora, ¿cómo será en la próxima vigencia, cuando hagan falta 5 instructores más en el área de electricidad, 2 en el área automotriz entre otros que se van conociendo? No puede ser que la administración central del SENA les exija a las administraciones regionales que aumenten sus metas de formación, en áreas improvisadas, sin estudios previos de aplicación y sin vocación en la región, y que para colmo se exijan estas metas sin aumentar su presupuesto. La consecuencia lógica de todo ello, por supuesto, será la afectación de programas de formación fundamentales para la industria de la región, como ya pasa, por ejemplo, con la Chec en Dosquebradas, con la que no se podrán cerrar convenios de formación por falta de instructores el otro año.
Es por ello que en la pasada reunión de relacionamiento nacional exigimos, como es apenas sensato, que se presenten los informes bajo los cuales se sustentan estas medidas, que se aclare de dónde salen las metas exigidas y que se ubican por encima de la prioridad de formación de áreas esenciales para la industria de la región como electricidad, automotriz y soldadura, que, reiteramos, se evidencian como las más afectadas. Lo anterior, por supuesto, no deja de ser una pregunta retórica, pues la verdad ya se sabe. No existen tales estudios. Lo que sí existe es un intento desesperado de un Gobierno agónico, sus estertores ante la incapacidad de lograr nada significativo para el SENA durante sus 3 años en el ejercicio del poder (más allá de los intentos de afectación presupuestal que logramos frenar). Así que, la pregunta que sí es totalmente necesaria para nuestros trabajadores SENA es: ¿Lo vamos a permitir?
De momento, el compromiso con la administración central ha sido sostener una nueva reunión de análisis, que se realizará este martes 2 de noviembre y en la que desde SINDESENA mantendremos una postura rigurosa ante la falta de argumentos. Con todo, si bien se han empezado a tener espacios de diálogo tanto en el nivel regional como en el nacional, sabemos que la única garantía para afrontar un escenario como este no puede ser otra que la vinculación activa de los trabajadores de la regional a la organización y la movilización.
Es por ello que, de no presentarse acuerdos en la reunión de este martes 2 de noviembre, avanzaremos en plan de trabajo que desde las acciones sindicales nos permitan frenar estas decisiones con terribles consecuencias negativas que se avizoran para el próximo año, tanto para la formación profesional como para la productividad del sector industrial de Risaralda.
No permitamos que se desnaturalicen nuestros centros por los caprichos de un agónico gobierno de turno. El SENA es de la clase trabajadora, de la clase empresarial responsable y de sus aprendices, y como tal, debemos hacerlo respetar.
SINDESENA SUBDIRECTIVA RISARALDA
Pereira, 01 de noviembre de 2021
