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Fuego amigo o paralelismo sindical

Por diciembre 13, 2021Noticias
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 ¿Hay fuego ‘sindical’ amigo?

Como hemos venido informando, en esta negociación del pliego de peticiones cinco representantes de cuatro (4) sindicatos del SENA, se acaban de oponer y han votado negativamente reivindicaciones de especial importancia misional y salarial, uno de ellos además muy sensible para un grupo de trabajadores cuya estabilidad laboral es vulnerable.

Pero, ¿qué explica ese comportamiento sindical?, ¿cómo soportan sus bases tal conducta de su dirección? ¿no están acaso enteradas de ese proceder?, ¿en qué consiste el paralelismo sindical y cuáles son sus consecuencias para los trabajadores?

La explicación que dan sus dirigentes es, en resumen: 1) que aquellos puntos solo pactan compromisos acerca de trámites a adelantar, por ejemplo, sobre la bonificación anual para un grueso número de empleados públicos, o sobre un tercer trámite de ampliación de la planta de personal de la institución, y 2) que los empleados temporales ya se encuentran formalizados y no sería necesario reclamar su vinculación en provisionalidad (la que hemos pedido entre tanto se dan los concursos externos y la provisión definitiva de los nuevos cargos que esperamos ganar del segundo proceso de ampliación de planta).

Veamos por qué producen vergüenza ajena las anteriores objeciones. Al punto 1: hasta el más primíparo de los sindicalistas sabe que fue así, exactamente de este modo y con iguales trámites y estudios, como iniciamos la primera ampliación de planta de personal ganada hace poco. Y que una vez firmamos esos acuerdos, a raíz de su burla por el alto gobierno, tuvimos que reclamar la actualización de los estudios y después los sucesivos pasos que tanto el pusilánime Alfonso Prada como el incumplido Santos, desatendían. Hasta un prolongado Paro Nacional con mediación de la Iglesia y el Senado, tuvimos que realizarle. E iniciamos otra etapa que al final dio en la noticia de los 3.800 nuevos cargos. Ganábamos así esa ampliación, que fue ejemplo de táctica acertada, perseverancia, capacidad de estudio y lucha, para el movimiento sindical.

Al punto 2: Como la estabilidad de los temporales presenta límites y relativa vulnerabilidad, queremos ganarles cierta protección. Cumplimos allí un deber sindical en relación con un importante grupo de empleados.

Aclaremos además: la formalización no es sinónimo de la sola creación de una nueva plaza, pues hemos conocido de cargos en vacancia por años, tantos que en ocasiones son incluso suprimidos (casos Pastrana y Uribe). La formalización incluye reclamar la provisión del cargo en propiedad. Mientras se crean los nuevos cargos, se realizan los concursos públicos y abiertos, y se proveen en propiedad, queremos ganar las encargaturas que correspondan y que las provisionalidades que se den recaigan sobre estos grupos vulnerables. ¿Qué parte de este propósito es que no entienden los sindicalistas ‘alternativos´ que votaron en contra?

Al punto 3: sobre los trámites para una eventual bonificación, ocurre parecido a lo que arriba hemos explicado. Sólo nos permitimos recordarles que también cuando ganamos una mejora ostensible del Sistema Salarial por Mérito, inicialmente nos dijeron que se trataba de un ‘Bombón de trapo’. Al final, sus antecesores también se engulleron rápido el bombón aquel, calladitos, pues saben que es de mala educación hablar con la boca llena. Ni en eso son imaginativos nuestros actuales contradictores sindicales.

Una revisión detenida de la presente acta de acuerdos en páginas 30 a la 36, evidencian que las votaciones negativas de los cinco representantes de SINSINDESENA, UNALTRASENA, COSSENA Y SIDSENA pusieron en peligro otros diversos temas. Veamos: la continuidad de las gestiones en el 2022 para la ampliación de la planta, aplicando el estudio técnico de la ESAP (ver en la página 30: se unen 2.1, 2.3 y 2.4); la presentación del SENA ante el DAFP la inclusión en el proyecto de decreto de un texto que viabilice a continuidad de los actuales empleados temporales en provisionalidad, una vez se cumpla con los criterios de prelación establecidos por la ley (ver página 30:se unen 2.8,2,10 y 2.11); de adelantar las gestiones para realizar un segundo estudio de ampliación de planta dos años después de la expedición del decreto de ampliación de planta que se tramita actualmente, lo que abre una gran oportunidad de formalización de los actuales contratistas (pagina 31: se unen los punto 2.12 y 2.13); el trámite de un proyecto de decreto ante el DAFP para la creación de una bonificación anual para los empleados públicos del SENA equivalente a un 20% de la asignación básica mensual de cada cargo o la  creación de una prima quinquenal a los empleados públicos que cumplan 25 y 30 años (ver página 31: se unen los puntos 3.6, 4.11, 4.14, 11.5, 12.1, 12.2 y 12.14); la implementación del programa de semilleros que daría la posibilidad a los empleados que ocupen cargos diferentes a instructor puedan adelantar actividades pedagógicas en centros del SENA  y las mismas podrán considerarse como experiencia docente (ver página 32 punto 5.6); también que el SENA continúe evaluando las solicitudes de traslado, reubicación  o permuta aplicando criterios (ver página 36 puntos 11.7 y 13.9). (invitamos a leer el acta adjunta)

Volvamos a la pregunta inicial: si todo esto es tan cierto y comprobado, ¿cómo se explica el impúdico voto negativo de la representación no de uno sino de cinco representantes de los cuatro sindicatos?

Anotemos a esta altura que se requiere tener algo de amnesia selectiva para olvidar en condición de dirigente sindical, la historia que aquí hemos refrescado. O para no recordar otras historias: ¿cómo olvidar que alguno de los sindicatos que aún alegan eternas dudas al respecto, quiso romper ese Paro en Barranquilla, jugando un abierto papel de rompe huelgas, en contra del movimiento? Si fueron capaces de levantar una puerta para romper un Paro, ¿por qué no votar hoy contra estos puntos del acuerdo? 

La otra pregunta es por la explicación última de este comportamiento: ya que no se puede aducir falta de memoria, ¿se debe acaso a un esquirolaje soterrado y encubierto en un verbo radical y/o maximalista?

Varias cosas podrían estar sucediendo.  Del mismo modo que por sectarismo político en épocas de la violencia se acuchillaban las gentes más humildes e ignorantes, presas del fanatismo, el sectarismo sindical podría enceguecer a sus dirigentes para terminar en los comportamientos más absurdos, por inexplicables que pudieran resultar. O de una forma distinta, por propósitos no muy claros –mantener fueros, controles pequeños, micro poderes diversos– se puede tener interés en “diferenciarse” hoy de SINDESENA a cualquier precio, como forma de justificar su existencia como organización. Ambos casos pueden conducir a un grave “protagonismo negativo” que resulta muy dañino a los intereses de los trabajadores del SENA. Por sectarismo craso o por cálculo oportunista, pero los hechos dicen que los cuatro sindicatos mencionados han votado negativamente estos puntos concretos, que hemos logrado sacar adelante en esta negociación. ¿Se trata de “fuego sindical amigo”, o del cuchillo artero de quien está dispuesto a dañar a una organización sindical “adversa”?

Pero, ¿hasta dónde van a ir en su comportamiento? Respuesta: hasta donde sus bases lo permitan, pues en estos casos, los responsables de semejante conducta no son solo sus dirigentes. El comportamiento esquirol o dañino recae sobre el conjunto de la organización.

Finalmente, les compartimos este artículo de Fecode sobre el paralelismo sindical, escrito desde hace cinco años y que nos parece muy sugerente para explicar lo que en el Sena está ocurriendo. Juzguen ustedes.

SINDESENA JUNTA NACIONAL

Bogotá, 12 de diciembre de 2021

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