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Contratistas OPS del SENA ¿nuevas formas de esclavismo?

Por mayo 2, 2022Noticias
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Popayán, 2 de mayo de 2022

Acabamos de conmemorar el Día Internacional del Trabajo, donde se supone que resaltamos las conquistas del movimiento sindical de al menos los últimos 120 años, pero que en la práctica en el estado colombiano y en particular en instituciones como el SENA, son letra muerta, porque miles de contratistas hoy sufren condiciones de trabajo que casi coinciden con las del inicio del capitalismo, gracias a nefastas leyes, en especial la Ley 080/93 y sus formas de uso y abuso, por parte de la entidad.

Colombia se ufana de haber ratificado convenios internacionales que dan forma al concepto de trabajo digno y decente, pero ninguna de estas categorías se aplica a la ejecución real del Contrato de Prestación de Servicios en el SENA, tanto para instructores como para apoyos administrativos.

  • Empecemos por el tiempo asignado para impartir formación directa en un ambiente de aprendizaje, o peor aún bajo las inadecuadas formas virtuales que se generalizaron con la disculpa de la pandemia sufrida en los últimos dos años. Mientras que un instructor de planta debe ejecutar 32 horas semanales de formación directa, el contratista de prestación de servicios debe hacerlo por 40 horas, es decir 160 horas semanales. Esto de por sí sobrepasa el tiempo límite de trabajo de 8 horas diarias, (conquista laboral con más de 100 años de existencia), porque además de la ejecución directa el contratista debe realizar otras actividades de apoyo a la formación.
  • Si se trata de un curso complementario y no hay aspirantes, para poder cumplir con el objeto contractual, el contratista debe salir a buscar mínimo 30 aprendices para hacer un curso. Pero esas horas no cuentan para el pago de sus honorarios. Peor aún si el curso es bilingüismo en forma virtual, debe inscribir hasta 300 aprendices.
  • Por cada curso, ya sea de formación técnica, tecnológica o complementaria (cursos de 48 horas) al instructor contratista le pueden estar exigiendo hasta 16 formatos, en su mayor parte inútiles para la calidad del curso, pero apropiados para hacerles sentir que tienen jefes y supervisores a sus espaldas, estos formatos cumplen la función de látigos modernos para los esclavos siglo XXI. En muchos casos, los improvisados nuevos patrones, es decir coordinadores académicos y “líderes de grupos ejecutores”, ahora exigen evidencias videograbadas para certificar el cumplimiento contractual.
  • Si al instructor contratista, le tocó la mala fortuna de atender un grupo fuera de la ciudad en la que vive, en nuestro caso Popayán, puesto que tramposamente el sitio de trabajo se define como departamento del Cauca, no tiene derecho a viáticos, en el mejor de los casos los centros destinan un presupuesto que se llama Gastos de Viaje, que bajo conceptos miserables y enojosos para la dignidad humana del contratista, ni siquiera compensan el costo del transporte ni los costos de alojamiento y alimentación afectando sensiblemente los pésimos honorarios que mensualmente le son asignados.

Estas dos situaciones, como son el exceso de carga operativa y administrativa más los costos a cargo de su bolsillo nos hacen pensar que los economistas neoliberales del SENA, encontraron una forma perversa para que los instructores contratistas

subsidien en parte a la entidad, que termina empleando sus honorarios para ahorrarse otros costos, mientras la Dirección General parece dilapidar enormes cantidades de dinero en sospechosos contratos de construcciones y en soporte tecnológico de comunicaciones y plataformas digitales, que cada día son más ineficientes para las funciones programadas.

  • A pesar que la Formación Profesional en el SENA, por su esencia tiene un elevado componente práctico, cada año es más difícil que a estos trabajadores se les asignen materiales de formación. Nos informan por ejemplo que, para el año en curso, en algunos programas aún se está trabajando con pocas existencias del año pasado, y en centros como el Agropecuario, ni siquiera han empezado los contratos de compra para materiales de formación del 2022. Esto redunda en una pésima calidad de nuestros cursos, en agotamiento de instructores y aprendices que pueden estar terminando sus cursos sin realizar una sola práctica de las proyectadas en sus currículos.
  • Al contratista no se le valora su hoja de vida para el pago de sus honorarios, sino el tipo de grupo que deberá atender, si los grupos asignados son técnicos o complementarios reciben menos dinero, así el instructor contratista tenga varias especialidades y hasta maestría académica. Pero, si tuvo la suerte de que se le asignen formaciones con titulación de tecnologías, recibe más dinero, así el instructor contratista solamente tenga título de pregrado o incluso no sea profesional. Esto lleva inclusive a que un contratista al año siguiente reciba menos honorarios que el anterior, simplemente porque pasó de impartir formación en un tecnólogo a un técnico, o porque quedó como instructor de cursos complementarios.
  • Al existir un elevado número de instructores contratistas, los coordinadores académicos no se dan abasto para ejercer la supervisión de los contratos. Entonces el facilismo administrativo, que caracteriza a los tecnócratas neoliberales, encontró como solución designar como supervisores a los instructores de planta, sin preparación previa para ello, sin descargarle este tiempo a sus rutinas de instructor. Muchos reciben “la orden” de avalar un informe que no están en condiciones de verificar plenamente, para cumplir las formas de pago que requieren los contratos. Total, a subdirectores, coordinadores misionales y académicos lo que menos les interesa es la calidad de la formación, porque ya fueron adiestrados para solamente cumplir metas estadísticas que cada gobierno de turno exhibe como mercancías de una fábrica cualquiera, sin importar el verdadero resultado de aprendizaje y mucho menos, su impacto social.

El desespero al que llegan muchos instructores para satisfacer la sed de metas en el SENA, podría estar generando otras irregularidades que fácilmente, cualquier colombiano puede comprobar al ingresar al sitio https://certificados.sena.edu.co y con el sólo número de cédula como ya lo han comprobado cientos de personas puede descargar certificados de cursos que nunca realizó.

Hacemos un llamado a los trabajadores contratistas a organizarse, a aceptar el acompañamiento de nuestra organización sindical, para que su dignidad personal y profesional no siga siendo maltratada bajo las nuevas formas de esclavismo que desarrolló el sistema capitalista en su modelo neoliberal.

Aspiramos en las próximas elecciones presidenciales empezar a construir un gobierno diferente al de las mafias que vienen gobernando desde hace 20 años, donde el ser humano vuelva a ser más importante que el mundo del mercado que ya cumplió la utopía capitalista de convertir en mercancías hasta los derechos fundamentales, entre ellos educación, salud y trabajo.

SINDESENA SUBDIRECTIVA REG. CAUCA

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